Sinopsis
Mrs. Ferrari ha muerto víctima de una sobredosis de somníferos. Hace un año, su marido murió al parecer de una gastritis aguda. Caroline Sheppard, la hermana del médico del pueblo, sospecha que fue envenenado. Poco después, Roger Ackroyd, el terrateniente de la villa, aparece muerto con una daga tunecina clavada en la espalda. ¿Estarán las tres muertes relacionadas? ¿Tendrá Caroline razones para sospechar? Afortunadamente al pueblo ha llegado un nuevo vecino, un hombre bajito de grandes bigotes, que se ha retirado a descansar y a cultivar calabacines.
Reseña
Elen
VAYA FINAL. En esas dos palabras podría resumir la sensación que me ha quedado al leer el libro. Pero no nos adelantemos y empecemos por el principio.

La verdad es que pensaba que el libro se me iba a hacer complicado de leer por tener palabras raras, pero todo lo contrario. Leer ha sido súper sencillo, como si fuera un libro del mes pasado y no de hace 90 años (sí, probablemente tenga una idea equivocada de la literatura de esa época xD). La pena es que el ritmo se me ha hecho bastante lento, porque el lector (a no ser que sea muy perspicaz, a diferencia de mí) no conecta todos los detalles que llevan a la resolución del caso, por lo que para él es dar palos de ciego durante muchas páginas.
Los personajes, desde Jack James Sheppard hasta el menor de los secundarios no es que estén muy desarrollados, pero actúan conforme a su aparente personalidad y, al tener todos algún que otro secreto, te das cuenta de que no todos son lo que parecen ser, entendiendo a medida que avanzas en la historia actos que hicieron en el comienzo de la historia.
Y ahora ya pasemos a la parte más flipante del libro. El final. Me ha dejado boquiabierta no, lo siguiente. El verdadero criminal ha sido tan inesperado, tan poco lógico a priori... No tenía pensado leer más libros de Agatha Christie pronto, pero me he quedado tan a cuadros con este caso que no creo que tarde mucho leer otros misterios escritos por la autora
- Les femmes - generalizó Poirot - son unos seres maravillosos. Inventan, se dejan llevar por la fantasía y milagrosamente aciertan la verdad. Las mujeres observan de un modo inconsciente mil detalles íntimos, sin saber lo que hacen. Sus subconscientes añaden esas cositas unas a las otras y a eso le llaman intuición. Yo tengo mucha experiencia en psicología. Conozco bien todo eso.
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